domingo, 25 de diciembre de 2016

nº 180 AMALFITANO, AGRICULTOR

Amalfitano es un hombre que ocupa poco espacio físico. A pesar de su corpulencia, herencia materna, pasa de puntillas por las horas de sus días .Cuesta recordar el momento en el que abandona una estancia o llega a un lugar .No es amigo de estridencias.
Sin embargo, Amalfitano es feliz.
Ha acumulado más de medio siglo y ahora su andar es sigiloso. Otrora, inmerso en una suerte de montaña rusa vital, siempre estaba en el candelero: amplia sonrisa que devenía, frecuentemente, en carcajada; palabra altisonante, presencia constante, a la última en todo, el primero en ser nombrado… en fin, que vivía en modo foco.
Pero un día Amalfitano vira hacia su interior y comprende que tanta coreografía sobra. A partir de aquí se hace agricultor de sí mismo: rotura su suelo en barbecho, remueve lo que había sido terreno baldío, siembra silencio y consciencia, contempla los brotes de la calma que han crecido y pintan su estar con un esperanzador verdor.
Comparte con iguales y desiguales lo que su corazón considera oportuno. Respira, actúa, se compromete, en su medida.
Rechaza el protagonismo que no incluye la ternura.
Y al anochecer abraza el arte….con arte.
Buena semana…… la anterior y la próxima.


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