Angustias se encontraba en medio
de la avalancha humana que había sido convocada por las fiestas navideñas.
Estaba en un centro comercial cercano a su casa y la muchedumbre llenaba las
dos plantas como otrora hiciera en la calle mayor de su ciudad. Abundaban los
paquetes y bolsas de regalo, los gestos de la euforia convertida en prisa y el
andar anticipado.
Angustias se detuvo ante un
escaparate poblado de relojes y famosos sentenciando verdades esenciales,
con miradas penetrantes en las que afirmaban la superioridad del ser sobre el
tener.
Angustias sonrió pues dicha
filosofía se utilizaba paradójicamente en clara defensa de lposeer. En estas
andaba cuando se fijó en un reloj de marca archiconocida, elegante a la par que
funcional. Este medidor del tiempo, como todos los de su especie, iba siendo desplazado por las nuevas
tecnologías en su función primaria para mantenerse de forma vitalicia como indicador, esta vez, del estatus de su propietario.
Angustias recordaba otra época en
la que era práctica habitual aprovechar los viajes al continente para vender
con ganancias cierto tipo de objetos , como el expuesto, que, dado el carácter
de puerto franco de la isla, se podía adquirir a un precio considerablemente
inferior al que se ofertaba en el territorio peninsular.
Angustias rememoró también la
historia escuchada años atrás en la que el permiso de un soldado isleño para
visitar a su madre enferma de gravedad se arregló con la entrega a un superior
de un reloj de los que en este momento tenía delante y que en la época de la
triste anécdota se consideraba un auténtico lujo.
Angustias se dijo que en toda
vida, animada o inanimada, hay dos versiones: la oficial y la oficiosa, la
aceptable y la inaceptable, la pública y la privada. Hacer que se equilibren
requiere de la pericia del mas experimentado funambulista .Supone entender la
aventura humana como un potente velcro de dos caras, en el que se adhieren por
igual el placer y el dolor en un continuo devenir que no admite pausas. Tiempo
somos, tengamos o no tengamos. Buena semana
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario