domingo, 14 de junio de 2015

LLAVE PEQUEÑA ABRE GRAN PUERTA


                                           

Principia el siglo XXI con un mundo tan fascinado por los grandes titulares, las inmensas fortunas,  lo mega, mega, plus, que el ser humano queda en un segundo, tercero o cuarto plano. A veces hasta desaparece aunque mida dos metros.
Con los dos mil millones y medio de años a nuestras espaldas, la riqueza, el progreso devienen en  una pesada carga a menos que pongamos en valor este equipaje,  nuestro ADN planetario.  Las grandes asociaciones al igual que las familias numerosas entran en crisis y se fracturan,  generando nuevas maneras de encontrarse, de ocuparse tanto  de lo público como de lo privado.
En un mundo globalizado hay que inventar las herramientas que articulen las realidades micro, repensar el espacio cotidiano, diseñar una búsqueda del tesoro del sentido común, que parece extraviado, enterrado y por ahora sin convincentes visos de resurrección.
Hay comida para alimentar a todo el planeta; los conocimientos científicos y tecnológicos son capaces de predecir  y en gran medida minimizar las catástrofes naturales; podemos hablar con cualquier ser que habite en las antípodas, las investigaciones científicas van haciendo retroceder a las huestes sanguinarias del cangrejo siniestro y sus adláteres; es posible trocar el sufrimiento (innecesario) en dolor (inevitable) …
Sin embargo 40. 000 personas mueren de hambre al día en el mundo; el continente asiático registra el 85% de las catástrofes naturales, de forma cíclica, con daños colaterales inhumanos en especial para la población mas empobrecida; el ciber acoso, y el integrismo en sus diversas vertientes:  ideológica, religiosa, política, incapacita  a la hora de articular palabra;  8. 000 personas fallecen diaramente por enfermedades curables, al no tener acceso a su remedio; los negocios mas rentables son el tráfico de drogas, personas y armas, dentro de los ilegales y la banca y el petróleo dentro de los legales; ambos generadores en gran medida de  sufrimiento esto es, dolor innecesario.
Tal vez haya que cambiar la mirada y focalizarla en lo que está a la medida humana; en aprender a digerir los pasos que se dan; en gestionar el espacio comunitario en el ámbito de la vecindad, de la cercanía, en la descentralización para que la comprensión de lo que significa ser político sea eficaz; en potenciar el derecho a cambiar de opinión y a equivocarse; en situar la alegría en la misma categoría que las asignaturas obligatorias de  lengua y matemáticas, instrumentos básicos para mantenernos vivos y sobre todo, humanos; en entender la vida como un arte y a quien la vive, como artista.
Quizás hay que recordar que la mas pequeña de las llaves puede abrir la mas grande de las puertas. Buena semana.





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