Elisa entra en el bingo. Se hace con cuatro cartones. Los despliega en la mesa que, generosa, los acoge.
Elisa centra su atención en los rectángulos con dígitos que, en modo Guadiana, aparecen y desaparecen a lo largo de los polígonos trocados en lotería.
Elisa nunca había estado en un lugar de esas características. No es una mujer de azares; más bien es de causas.
Elisa, hoy al pisar la calle, se dijo que haría algo nuevo. Algo que no concordara con su forma de ser. Algo que le enseñara otro modo de estar en la vida.
Elisa es una mujer de ciencias. Ha recibido premios a su labor investigadora. Es una mujer cuyo trabajo es reconocido. Pero hoy Elisa viste otra piel.
Elisa escudriña el local, el paisaje humano.Se siente parte de un ecosistema donde la sostenibilidad se redefine.
Elisa echará un par de horas en aquel gran salón sin ventanas. Con paredes que albergan grandes pantallas y una voz en off, femenina, que , cual sacerdotisa Hipatía, , desentraña los designios de la diosa Fortuna.
Elisa concluye su aventura. Ganó. Invirtió el premio .Perdió. Pero ella se siente triunfante. Ha sido otra, que también es ella. Sin algarabía ni desasosiego. Solo con alegría y serenidad. Buena semana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario