domingo, 11 de junio de 2017

Nº 204 UN HOMBRE SENCILLO

Amancio es un hombre sencillo. Está parado ante una pantalla de considerable dimensión. Pertenece a una tienda que oferta atractivas novedades en las nuevas tecnologías. El macro televisor transmite un debate que enmudece al traspasar el cristal del expositor.
Amancio reconoce en la tertulia televisiva y mañanera el rostro de políticos nacionales; divertido, se entretiene anticipando sus gestos, adivinando su discurso, leyendo unos labios que se mueven entre el arrebato y la mal llevada contención. Parece un espectáculo de ventrílocuos.
Amancio no ha tenido nunca inclinación por la gestión pública. Pero admira a quienes se comprometen en hacer del bien común su objetivo laboral.
Amancio es portero de un bloque de viviendas. Heredó el puesto de su padre y sabe que con él acabará la tradición; sus hijos se han situado en otras ocupaciones lejanas de las de la atención constante a la comunidad que puebla el edificio , lugar de juegos de su infancia.
Amancio es un hombre sensato. Le gusta charlar con los inquilinos de los pisos de su vecindario. Se ha convertido en alguien entrañable para las distintas familias que día a día le encuentran en el rellano o por otros andurriales de las zonas comunes.Cuentan además con su eficacia para los espacios privados, con tan solo ir al portal y tocar en la puerta situada a la izquierda.
Amancio, esta mañana, se distrae del motivo que le ha llevado al centro comercial. No ha podido impedir picar en la carnada digital. Su mente, sabia tras haber resistido los vaivenes venidos a tsunamis, que la vida le brindó en dosis generosa, se pone a maquinar. Y a poco, aparecen algunas ideas que no son políticamente correctas pero que él siente que de aplicarse, otro gallo cantaría; y no desafinaría.
Amancio se viene arriba e imagina un pliegue de condiciones necesarias para que una persona ejerciera toda tarea política. Un documento en el que se estableciera el protocolo para representantes de distintos rangos en situaciones comunes al resto de la sociedad civil.
Amancio aprieta los labios, se rasca la frente con el dedo corazón e inicia la lectura virtual de aquel escrito. Según éste, la persona vinculada a la gestión pública se compromete a ser usuaria en urgencias, centros de salud y hospitales públicos, si enfermara, guardando el orden en la lista de espera requerida. Asimismo, ha de haber estudiado en colegios, institutos y universidades del Estado; en caso de tener descendencia el requisito se amplía a la prole. Y …….
Amancio interrumpe su creatividad humanista cuando recibe una llamada de su mujer, que se interesa por el recado que se suponía estaba realizando su esposo.
Amancio, tras el momento de euforia colectiva, retorna a su quehacer privado; regresa a su portal dispuesto a revisar las tuberías del 3º derecha. Hoy tendrá mucho que hacer para que la normalidad sea la norma en su lugar de trabajo. Sin estridencias, sin prisas pero sin pausas..Así contempla la vida, con la caja de herramientas en la mano y su saber estar. 
Amancio comprende que hay que saber y hay que estar. Buena semana.




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