domingo, 26 de febrero de 2017

nº 189. PARA LA PROSPERIDAD


 Flora se subió al transporte público con una bolsa que agarraba cuidadosamente. Tenía por delante  dos horas de trayecto durante las cuales la costa aparecería y desaparecería como un Guadiana venido a mar. En este tiempo tendría la oportunidad de comprobar cómo se habían transformado los lugares por los que otrora transitara para desempeñar su profesión.
Flora era maestra. Había sido maestra. En realidad aún se sentía maestra a pesar de que había alcanzado la novena década de vida y llevaba varias sin ejercer oficialmente como tal.
Flora había depositado a sus pies una figura, escultura  de un pariente querido y artista de cierto renombre que le había regalado meses atrás. Estaba la obra de arte envuelta con delicadeza  para que pudiera soportar los vaivenes de la carretera sin sufrir desperfecto alguno y encontrara la ubicación definitiva desde la  que ser admirada por propios y foráneos.
Flora llevaba semanas ardilando la manera de llevar aquella talla a la iglesia de un pequeño pueblo costero del que fuera la primera maestra y al que, en esa época ya lejana, debía  acceder en barca dada la orografía del recóndito lugar. Se sentía muy unida al que había sido su primer destino laboral y  su corazón sabía que con la entrega de aquel presente se cerraría un círculo vital; uno más de los que con el andar de los años había ido clausurando.
Flora,  como mujer independiente y eficaz que era, empleó tiempo e ilusión en planificar aquella aventura que estaba a punto de culminar. Contó como cómplice con una antigua alumna que le preparó un recibimiento inesperado en el que hombres y mujeres,  ya padres y madres de familias e incluso abuelos y abuelas, agasajaron a su mentora de tanto tiempo atrás con el cariño, la alegría y el agradecimiento más genuinos.
Flora, sorprendida y emocionada, acaba de recibir las imágenes que atestiguan el evento; y la memoria le hace presente a aquel fotógrafo de su juventud que para captar la atención de sus clientes, en el momento de inmortalizar el instante, con su cámara decía PARA LA PROSPERIDAD en vez del rutinario PARA LA POSTERIDAD. En su caso, ambas expresiones fueron sinónimas.
Flora, satisfecha,  sonríe. Buena semana.



No hay comentarios:

Publicar un comentario