domingo, 10 de noviembre de 2013

EL BELLO CONCIERTO DE LOS ANDAMIOS SONOROS

Angustias escuchó un sonido cuyo origen no lograba identificar. Recorrió las estancias del hogar  sin encontrar radio, televisión o dispositivo electrónico que fuera causante de esa extraña cadencia. Nacía el otoño y en aquel lugar aún soplaba el viento fresco que hacía inútil la pericia de profesionales de la peluquería, de lacas y demás aquieta cabellos.Con Eolo llegaba , cíclicamente, la revoltura y ella lo había asumido tiempo atrás. Era el momento de dejar libre pensamientos, deseos y sensaciones.Ya llegaría el invierno para canalizar ansias y especulaciones a través de horarios y cauces oficiales. Pero ahora tocaba airear la vida.No esperaba esa banda sonora tan enigmática pero la aceptó pues  había aprendido que cada época y acontecimiento requiere de un acompañamiento musical diferente; así reconocía e incluso esperaba el llamado momento allegro o adagio según el ritmo de la naturaleza, adosando los calificativos" ma non troppo" o "assai" según el grado de aceleración del mismo. Abrió el balcón del dormitorio principal y observó el edificio a medio construir en frente de su vivienda, parapetado tras unos andamios cuyo esqueleto lo componían sólidos tablones y tubos. Echó una segunda mirada, pues estimaba que no era prudente quedarse con la primera impresión y al fin comprendió. Los cilindros del andamiaje no estaban cerrados y el aire, al traspasarlos sembraba armonía en aquella plácida urbanización. Angustias sonrió, como siempre que comprendía lo ignoto, y se dispuso a disfrutar del improvisado instrumento que, generoso socializaba su melodía. Agradeció el concierto inesperado, saboreado desde su palco particular , deseando intensamente que las sorpresas que deparara la estación de las castañas y el mosto fueran igual de placenteras que aquel exquisito juntar de notas. La maravillosa música se escuchó en aquella calle tranquila mientras fue habitada por andamios sonoros. Buena semana.






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